Joan Pinyol, psicólogo y Director de Salud y Persona Fundación, nos acerca a la importancia que tienen las emociones en la toma de decisiones, en nuestra relación con los demás, en el bienestar emocional y en la salud física y mental.
Las emociones son una parte intrínseca de la experiencia humana y desempeñan un papel crucial en nuestra vida diaria. Estos estados afectivos complejos influyen en nuestra percepción del mundo, nuestras decisiones, comportamientos y, en última instancia, en nuestra salud física y mental. La importancia de las emociones es tal que su correcta comprensión y gestión puede marcar la diferencia en cómo interactuamos con otros, cómo enfrentamos desafíos y cómo encontramos sentido y satisfacción en nuestras vidas.
Somos 70% de emoción y 30% de razón
Para hablar de las emociones primero hay que hacer un alto en el camino para conocer nuestro cerebro. El cerebro se clasifica en tres partes (se denomina triúnico): la primera y la más antigua, se llama reptiliano y corresponde al ‘cerebro primario’ a los instintos básicos; la segunda el sistema límbico que se encarga del ‘cerebro emocional’ y nos ha permitido sobrevivir hasta nuestro dias y la tercera es el neocórtex el ‘cerebro racional’.
Nos gusta llamar al sistema límbico la sede de las emociones. Y nos gusta aún más afirmar que los seres humanos “somos emociones”.
Actualmente hablamos de 7 emociones que son el miedo, la ira, la alegría, la sorpresa, el asco, el amor y la tristeza.
El papel de las emociones en la toma de decisiones
Contrario a la noción tradicional que sugiere que las decisiones deben ser puramente racionales, las investigaciones actuales destacan el papel fundamental de las emociones en la toma de decisiones. Las emociones actúan como indicadores que nos ayudan a evaluar rápidamente una situación y determinar si es beneficiosa o perjudicial para nosotros. Por ejemplo, el miedo puede prevenirnos de tomar riesgos innecesarios, mientras que la alegría puede impulsarnos a seguir involucrándonos en actividades que nos resultan gratificantes y beneficiosas.
Emociones y relaciones interpersonales
Las emociones también juegan un papel crucial en la forma en que establecemos y mantenemos relaciones. La capacidad de empatizar, de entender y compartir las emociones de los demás, es fundamental para construir vínculos fuertes y duraderos. La empatía no solo facilita una mejor comunicación y comprensión entre las personas, sino que también promueve comportamientos pro-sociales como la cooperación y el altruismo. Emociones como la empatía o la tristeza están muy presentes ante el fallecimiento de un ser querido.
Emociones y bienestar personal
Nuestras emociones también son indicadores clave de nuestro bienestar general. Sentimientos persistentes de tristeza o ansiedad pueden ser señales de condiciones subyacentes como depresión o trastornos de ansiedad, que requieren atención y manejo adecuados. Sin embargo, es importante aceptar que hay que dar espacio a estas emociones y no tratarlas como negativas, es mucho mejor clasificarlas por agradables y desagradables. Por ejemplo, si fallece un familiar o un ser querido, es normal sentirse triste, y debe aceptarse desde uno propio como el entorno.
Debemos reivindicar el poder estar tristes ante la pérdida de un ser querido.
Impacto de las emociones en la salud física y mental
El impacto de las emociones se extiende más allá de nuestra vida psicológica y social, afectando también nuestra salud física. El estrés emocional prolongado puede llevar a una serie de problemas de salud, incluyendo enfermedades cardíacas, hipertensión y trastornos del sistema inmunitario. Por otro lado, emociones positivas como la felicidad se han asociado con mejores resultados de salud, una mayor longevidad y una calidad de vida mejorada.
Joan Piñol.
Psicólogo
Director de Salud y Persona Fundación